Un artefacto tecnológico no es sólo un conjunto de componentes de hardware y software: es un elemento fascinatorio, un catalizador social, un agente de comunicación, una caja abierta de narraciones, un laboratorio —no de uso y aplicación de instrumentos de medición— sino de intercambio de imaginarios, de lucha y participación, de presencias y ausencias, de visibilidades e invisibilidades. Es un espacio de re-negociación cultural continuo. Un territorio de experimentación comunitario y social, detrás de unas apariencias tanto espectaculares como seductoras.
lunes, 25 de mayo de 2009
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